GARCIA RUBIO,MANUEL
Urbano Expósito, guionista inédito, quisiera estar seguro de querer lo que quiere.
Tino, en cambio, tiene claro que quiere lo que quiere. Selmo, en fin, quiere que lo
quieran. Vidas diferentes, cada una emprende un recorrido propio, que Urbano, ahora
aprendiz de novelista, pretende contar, aunque con un estilo ingenuo y torpe, plagado
de recursos cinematográficos. Para entonces, sin embargo, habrá irrumpido en la
historia la señora Gladstone, y la narración se encauza, se transforma, se convierte en
algo nuevo, inesperado y, a la postre, misterioso; pero también terrible.
Sal no deja de sorprender desde la primera línea y hasta el final, donde se encuentra la
luz que lo ilumina todo. Bastará leer un par de páginas al azar para advertir una prosa
rica y distinta, pero en esta
novela hay muchas cosas más:
personajes de carne y hueso,
historias formidables, reflexión y
metaliteratura, y, sobre todo, una
mirada tierna y desconsolada
sobre el ser humano en estos
tiempos que algún filósofo
calificó de líquidos.
De su obra anterior, la crítica ha
dicho: (de Las fronteras
invisibles) "El argumento nos
advierte de que la comunicación
con los demás es sólo posible
hasta cierto límite, ya que
siempre hay un desconocimiento
esencial del otroö (Arturo García
Ramos, ABCD); (de El efecto
devastador de la melancolía)
"Un escritor que no ha dejado de
hilar finoö (Javier Memba, El
Mundo). "Una novela que
divierte y sorprendeö (Eduardo
Sotillos, El Ojo Crítico); (de La
garrapata) "Muestra el talento
de un autor que ya sorprendió
con su anterior novelaö (Marcos
Giralt Torrente, El País).