BOSCOLO, LUIGI
Diversas personas o grupos de personas, o incluso la misma persona en distintos momentos de su vida, pueden concebir el tiempo de diferente manera. La distancia entre los fenomenólogos, que consideran ´verdadero´ el tiempo subjetivo porque es el ´realmente vivido´, y los físicos, que consideran ´verdadero´ el tiempo del reloj porque es ´objetivamente mensurable´, se puede salvar fácilmente si se tiene en cuenta que los diferentes ´tiempos´ no son más que descripciones efectuadas por distintos observadores. Cada concepción del tiempo es ´verdadera´ en un determinado ámbito descriptivo y sólo en él. Por eso existen un tiempo del individuo, un tiempo de la relación entre dos personas, un tiempo de la familia, etcétera.
La dimensión temporal es importantísima en el funcionamiento y en la evolución de la pareja y de la familia: basta con pensar en las dificultades para vivir acontecimientos que modifican los ritmos familiares, como el nacimiento de un niño o el matrimonio del hijo mayor. La atención a las vivencias de la familia o del sistema familia-terapeuta respecto del tiempo, la utilización terapéutica de los rituales familiares, del tiempo de las sesiones de terapia y de los intervalos entre ellas, son algunos de los elementos que caracterizan el modo de trabajar de los dos autores y su propuesta teórico-aplicativa aquí presentada.