VALDES,BERNANDO
Tristes testigos
Parece que las palabras quisieran algo más
que ser tristes testigos y esperaran,
hundidas en sí mismas, un milagro.
Que no fueran precisos estos ojos
para poder ser vistas, ni estas manos
tan humanas, las únicas posibles.
Parece que pudiendo desafiar al vacío
no osaran existir en nuestra ausencia.
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