BLOOM, ALLAN
Siguiendo los consejos de Jonathan Swift de mirar el mundo alternativamente desde la posición de enanos y de
gigantes, Allan Bloom se acerca a la tradición filosófica occidental, no para aparecer más grande sobre los
hombres de los gigantes del pensamiento, sino para juzgar nuestras flaquezas desde su altura. Se trata de un
ejercicio de lúcida humildad que permite cultivar una profunda amistad con los autores del pasado y renovar la
vigencia de sus ideas para la vida sociocultural actual.
«El amigo es la persona con la que Sócrates puede conversar sobre el interés común que ambos tienen por lo que
es bueno. ... Y aquí llegamos al foco de lo que nos importa: la conciencia de un interés compartido y el alimento
para éste proceden de libros escritos por sabios del pasado. ... Cuando uno ha frecuentado a Platón, a
Maquiavelo y a Shakespeare es muy difícil que tome con seriedad lo que están diciendo hoy los representantes
de las humanidades en nuestras universidades.
»Estos ensayos representan un registro parcial de una vida de trabajo que comenzó con Freud y terminó con
Platón en busca de autocomprensión. La senda que conducía al conocimiento de mí mismo fue la interpretación
de los libros que enseñan sobre el carácter filosófico de la vida y que tienden a ser discretas mezclas de filosofía y
poesía» (del Prefacio).
En las tres secciones de la obra, el autor muestra a los lectores su modo de abordar textos y algunas de las
cuestiones que se presentan en ellos, comenta a tres maestros que me iniciaron en la lectura y en la vida del
espíritu: Leo Strauss, Raymond Aron y Alexandre Kojève; y, finalmente, ofrece reflexiones críticas sobre la vida
intelectual contemporánea»