MICHEL DE MONTAIGNE
El propio Montaigne declaró con asombrosa modernidad: Yo soy la materia de mi libro. Efectivamente, lo peculiar de estos Ensayos es que, hable de lo que hable, habla de sí mismo y nos habla a la vez a nosotros, sus lectores, que más de cuatro siglos después, nos sentimos interpelados, vibramos con las mismas emociones, nos hacemos las mismas preguntas sobre la amistad, el amor, la educación, la guerra y la paz, las otras culturas ?Montaigne queda fascinado por un Nuevo Mundo recién descubierto, y, según él, acaso más civilizado que una Europa entregada a las Guerras de Religión?, la enfermedad, el suicidio, la vida, la muerte, la muerte en vida...
Al hablar de sí mismo, con mucha ironía y humor, Michel de Montaigne (1533-1592), retirado entre libros y viñedos en su tierra de Burdeos, nos va descubriendo lo que él dio en llamar la condición humana. A la vez, nos hace partícipes de sus lecturas, los clásicos, con los que dialoga de forma tan familiar que, como bien dijo Quevedo, quien lea a Montaigne leerá a Plutarco y a Séneca.
Libro que responde como ninguno a la definición de ´clásico universal´, y por tanto merecedor de las más varias y desenfadadas lecturas, ya que puede empezarse por cualquier página. Libro al que incluso cada lector podrá ir añadiendo su experiencia personal, como a ello le invitó y le sigue invitando el propio Montaigne.
MARIE-JOSÉ LEMARCHAND cursó estudios en Cambridge y Oxford. Licenciada en Filología por la Universidad de la Sorbona y en Relaciones Internacionales por el Institut d´Études Politiques de París, se doctora en la Universidad de Barcelona con una tesis de literatura medieval, dirigida por el prof. Martín de Riquer. Es autora de numerosas traducciones, sobre todo de literatura medieval. Acaba de publicarse La Rosa y el Príncipe, de Cristina de Pizan, en la colección Clásicos Medievales de la Editorial Gredos.