WILDE, OSCAR
«Degeneramos en espantosas marionetas, obsesionadosápor el recuerdo de pasiones ante las que tuvimos demasiadoámiedo, y ante las exquisitas tentaciones a las que no tuvimosáel coraje de ceder. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamenteánada en el mundo más que la juventud!»
«Degeneramos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de pasiones ante las que tuvimos demasiado miedo, y ante las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el coraje de ceder. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo más que la juventud!»