MILOSEVICH, MIRA
Según la autora de este oportuno ensayo, Rusia es víctima de su pasado: la actual posición rusa, enfrentada a Occidente y alineada con China e Irán, es fruto de una tradición autoritaria que tuvo sus diferentes expresiones en el zarismo y el comunismo, aunque su sustancia fuese la misma. En este ensayo, la autora analiza estos y otros aspectos de la idiosincrasia sociopolítica rusa y los adapta a la actual realidad de ese país en busca de una explicación al empeño de sus gobernantes por destruir los puentes con la democracia y eternizar una excepcionalidad que los mantiene aislados.
Una obra muy pertinente en los tiempos que corren, que gustará a quienes busquen respuestas.
¿Cómo explicar la conducta de Rusia? La invasión de Ucrania que acometió en 2022, su rivalidad explícita con la comunidad euroatlántica y sus estrechos vínculos con China e Irán, otras dos potencias revisionistas, hacen imprescindible responder a esa pregunta. En contraste con las tesis que interpretan el proceso de reimperialización y el revisionismo rusos desde una óptica exclusivamente ideológica, o mediante una 'putinología' según la cual la guerra es un asunto personal del presidente, Mira Milosevich sostiene que detrás de las ambiciones geopolíticas de Rusia y su deriva autoritaria está su pasado imperial zarista y comunista. Este libro analiza ese legado -la ambigüedad de la identidad nacional, la 'política de la diferencia', la persistente ambición de influir en los espacios posimperiales en 1921 y en 1991-, las causas y características del militarismo, el antioccidentalismo y el excepcionalismo rusos, y el papel de Rusia, desde las guerras napoleónicas, en el orden mundial. Vladímir Putin legitima en todo ello su delirio imperialista y su rechazo a que el país que preside se convierta en un Estado-nación democrático. En otras palabras: a pesar del destacado papel histórico de Rusia en la escena internacional, el Kremlin se obstina en destruirlo.