CÓZAR, RAFAEL DE
El corazón de los trapos es un monólogo sobre el tema del amor elaborado a modo de peculiar ensayo por el protagonista, encerrado voluntariamente en su piso-prisión, tras la separación de su compañera, para intentar indagarse a sí mismo. El absoluto aislamiento inicial le permite abrir en profundidad los depósitos de la memoria. Tras esa primera parte, el protagonista va a Francia, donde ella reside, e intenta racionalizar su experiencia. En cierto modo pretende acabar con ese amor que pervive aún, aunque haya asimilado la separación, y que viene a ser la síntesis de todas sus experiencias.
Los trapos son efectivamente como la memoria, objetos que usamos para borrar el tiempo acumulado en las cosas, los restos de la vida que transcurre y que va dejando sus huellas en la superficie del lienzo. El corazón de los trapos es, en definitiva, el conjunto de sombras que nos queda en la memoria, y la memoria es la verdadera dimensión donde existe el amor, porque cuando éste nos llega estamos demasiado ocupados en padecerlo y revivirlo en la memoria es posible construirlo como amor, es decir, como ficción.
La novela viene a ser como una crónica, una especie de diario del proceso del protagonista, pero el lenguaje actúa como un elemento distanciador. El juego con el lenguaje es, de algún modo, un juego también con la experiencia vital. Algunas cartas de sus amigos, y los dibujos con los que intenta traducir sus sensaciones, sirven como documentación complementaria.