CALVINO, ITALO / BERNARDEZ, AURORA, TRAD.
Estas 39 biografías y media de escritores, ilustradas con sus retratos, nos cuentan por ejemplo que Baroja iba a menudo al Retiro (en otoño) a recoger castañas, que Valle-Inclán salía algunas noches
a despertar al rey (de madrugada) o cómo Lezama Lima y Virgilio Piñera se pelearon una noche
(a pedradas). Además... Zambrano y los gatos;
Lorca y la muerte; la brevedad sutil de Monterroso; el silencio de Rulfo...
Durante casi tres años, Jesús Marchamalo y Damián Flores publicaron en la sección «Rinconete» del centro virtual Cervantes casi medio centenar
de «retratos» de escritores españoles y latinoamericanos, ahora convertidos en libro.
Un recorrido por aspectos inéditos, insólitos
a veces, de sus biografías, con el convencimiento
de que conocer a los escritores ayuda, por supuesto, a acercarse a sus libros.
El castillo de los destinos cruzados, que Italo Calvino consideraba uno de sus mejores libros, se publicó originalmente en 1973, tras un elaborado proceso de escritura a través de métodos combinatorios que le llevó cinco años. Las dos narraciones que lo componen fueron concebidas a partir de un mismo juego formal: las posibles interpretaciones de dos diferentes mazos de tarot, cuyas cartas se reproducen a lo largo del libro.
Para El castillo de los destinos cruzados el punto de partida es el tarot Visconti con sus delicados miniados que reflejan el refinamiento renacentista, que genera una serie de historias cortesanas que aluden al Orlando furioso de Ariosto y protagonizadas por personajes de «bella apariencia y vestidos con atildada elegancia». Y para La taberna de los destinos cruzados el tarot de Marsella, de trazos más toscos y que requiere personajes más burdos y un lenguaje más popular.