NING, YAO ( TRAD.)
Estos cuentos reúnen todos los temas del género fantástico universal: cabezas voladoras, cuerpos descuartizados, países maravillosos donde se acoge al viajero con manjares exquisitos y divinas mujeres que hacen olvidar sus quehaceres durante trescientos años; palmeras que dan melocotones y peras, caballos tan bien pintados que salen de sus cuadros, tiempos paralelos, mundos desconocidos, animales que hablan, magos expertos en metamorfosis, fantasmas aterradores, espíritus, muertos vivientes? en una extraña y bella mezcla de poesía, ironía, fantasía y exotismo.
En la China de los seis primeros siglos de nuestra era -la China confuciana- éstos eran textos descartados de las bibliotecas «serias» por ser «mera ficción», o sea, desdeñables. El propio Confucio decía que «no conviene adentrarse por ahí pues se corre el riesgo de acabar empantanado» en su encanto ¿Existe mejor definición de la buena literatura?
Unos catorce autores han sido reunidos aquí. Eran cronistas, enciclopedistas, sabios, pero sobre todo fueron eruditos extravagantes, algún que otro emperador, aristócratas, viajeros? De ellos cabe destacar los más importantes. Zhang Hua (232-300), niño prodigio, fue consejero de emperador, ennoblecido, dotado de una extraña y vasta erudición, medio mago y medio letrado, cortesano y adivino a lo Paracelso, y probablemente asesinado por razones políticas. Cao Pi (187-226) fue el primer emperador y fundador de la dinastía Wei, famoso por sus poemas y por sus críticas literarias.
á