GLEICK, JAMES
Durante la pasada década, los fisicos, biólogos, astrónomos y economistas crearon un modo de comprender el desarrollo de la complejidad en la naturaleza. La nueva ciencia, llamada caos, ofrece un método para ver orden y pauta donde antes sólo se observaba el azar, la irregularidad, lo impredecible y, en suma, lo caótico. En palabras de Douglas Hofstadter: Acontece que una misteriosa clase de caos acecha detrás de una fachada de orden, y que sin embargo, en lo hondo del caos acecha un género de orden aún más misterioso.
La ciencia del caos traspasa las disciplinas cientifícas tradicionales y enlaza especies inconexas de desorden e irregularidad: desde la turbulencia del tiempo atmosférico a los complicados ritmos del corazón humano, y desde el diseño de los copos de nieve a los torbellinos arenosos del desierto azotado por el viento. A pesar de haber surgido de una ardua actividad matemática, el caos es un saber del mundo cotidiano, de cosas que han intrigado a todos los niños: cómo se forman las nubes, por qué se eleva el humo o cuál es la razón de que el agua se arremoline en los rios.
James Gleick relata en Caos la notable historia de una idea, una idea que a la vez, espantó y embrujó a los científicos que se dedicaron a comprobarla. Describe sus hallazgos asombrosos e inesperados: el descubrimiento de Edward Lorenz del efecto de la mariposa, que motiva la imposibilidad de pronosticar el tiempo atmosférico a largo plazo; el cálculo de Mitchell Feigenbaum de una constante universal, consecuencia de sus meditaciones sobre la naturaleza y el arte; el concepto de los fractales de Benoit Mandelbrot, que ha creado una geometría sorprendente de la naturaleza.
Caos es una crónica de progresos científicos. Registra, recurriendo a su testimonio directo, los conflictos, frustraciones, emociones y revelaciones de sus protagonistas. Es el acta de una revolución: el nacimiento de una ciencia. Acabada la lectura de Caos, no se ve el mundo con los mismos ojos.
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