RODRIGUEZ, FEDERICO
Sinopsis: ¿Tienen animales los filósofos? ¿Sueltan animales por sus escritos? La mayoría, ciertamente, no. Algunos sí, aunque más bien por despiste. Pero hay unos pocos que, jugándose su profesión, en el borde dinámico de lo filosófico, allí donde no se sabe bien qué territorio se pisa, no dejan de hacerlo; ellos han atravesado la historia de la filosofía mediante una horda de animales: bandadas de pájaros, manadas de mamíferos, bancos de peces, insectos-marabunta.
Ahora bien, ¿qué síntoma se desencadenaría en el gesto singular de soltar animales o, incluso, de permitir que lleguen, que pisen y dejen huella, tantas veces de manera
pasiva o sin pretenderlo? Un día de verano de 1997, ataviado con una camisa escarlata y con un traje tan cano como su pelo, Jacques Derrida dijo en voz alta en el mítico Castillo de Cerisy-la-Salle, donde se reunía de tanto en tanto con sus amigos: «El pensamiento del animal, si lo hay, vuelve a la poesía, he ahí una tesis». Repitió la frase. Añadió: «De eso, por esencia, ha tenido que privarse la filosofía». Dijo más cosas. Y luego parece que se fue a celebrar su cumpleaños. Al día siguiente, dicen que todavía avergonzado a cuenta de una gata que le habría estado mirando el sexo en el baño, confesaba, públicamente, su vieja obsesión: «Un bestiario personal, un poco paradisíaco».
La presencia de animales en el conjunto de la obra del filósofo francés Jacques Derrida es nutrida y plena de significados teóricos de gran importancia. Sin embargo, como lo hace notar Federico Rodríguez, dicha presencia no está sistematizada ni tampoco lo están las trascendentes consideraciones filosóficas que Derrida desprende de ella. Y esa es la tarea que emprende el autor de este libro, aportando los elementos fundamentales para la construcción de un bestiario derridiano. No se trata, desde luego, de un libro de zoología, con la descripción de las características de cada animal y sus fotografías. Se trata de un bestiario filosófico, que Rodríguez define y construye desde numerosas referencias históricas para ir desplegando conceptualmente las derivaciones que el propio Derrida va haciendo a lo largo de su obra de las características y presencia de los animales en el mundo y en la vida humana. Se trata, obviamente, de derivaciones principalmente filosóficas y poéticas basadas tanto en la observación de los animales como en el estudio de las fuentes bibliográficas, constituidas por la gran cantidad de bestiarios editados a lo largo de la historia de la cultura occidental y por la presencia animal en la literatura, la filosofía, el cine o la pintura. El libro está ilustrado con imágenes de la artista mexicana Ana Gutieszca.