PUENTE, ANDRES / GUILLEM, SERGIO
Cuando en los años setenta una disciplina con forma de objeto volante no identificado abre la brecha en la escena musical británica, el universo del conservador medio recibe una patada en los morros. Surge así una nueva senda para la rebeldía, el arte, la moda y el hedonismo; el glam o glitter aterriza en el planeta Tierra. Artistas y agrupaciones con nombres que van de David Bowie a Gary Glitter o de T. Rex a The Sweet consiguen con sus letras pintar un retrato generacional poco visto y oído. En Glam rock. Sexo, purpurina y lápiz de labios, sus autores analizan este pistoletazo de salida que podría a correr tras la liebre con medias de rejilla a un gran número de países alrededor del mundo. Se analiza aquí tanto el reinado del glam rock primigenia, viendo su muerte en la misma década, como el pronto resurgir en unos ochenta que lo han snetido evolucionar a vertientes como el glam metal, el sleaze rock, el glam punk o el shock rock, entre otros trucos efectistas. De ahí hasta el infinito actual. Un trayecto que le llevará del Dr. Frank-N-Furter al teatrillo de los horrores de Alice Cooper, de los maquillajes de Kiss al freak divismo glamouroso de McNamara, de los Sparks que grabasen Kimono My House a un Ian Hunter henchido de orgullo encabezando el relumbrón de Mott The Hoople, de los eurovisivos Lordi al adicto a las radiofórmulas Mika. El libro combina datos biográficos con anécdotas, análisis de extrañas versiones a himnos glam rock realizadas por músicos ajenos a la corriente, discografías selectas o filmaciones que hacen referencia a esta particular visión de las cosas. Por lo tanto, y parafraseando a Tim Curry en The Rocky Horror Picture Show, subamos al laboratirio para que Sergio Guillén Barrantes y Andrés Puente Gómez nos puedan enseñar su obsesión favorita.