ABEL GONZALEZ CANALEJO
Lola es sepultada bajo el manto de mar de la Bahía en una mañana clara y salada. Sus cenizas se diluyen y nace su ausencia.
Y con su ausencia nace ?Tumba de Sal?: un diario poético de 1.187 versos en métricas clásicas en el que el autor recorre sus recuerdos, los paisajes comunes, los hijos, el amor, el deseo, la fe, la esperanza, las mentiras, el hundimiento progresivo de la multinacional donde trabaja? la vida en suma, y sobre todo la búsqueda incesante de su propia voz poética: en los libros, en el cine, en su forma de mirar la realidad exterior y en su forma de mirarse dentro, en ese ?íntimo seísmo? que el acto de escribir le provoca.
Después cae la noche. La noche oscura del alma siempre llega: el pasado que retorna, los errores que vuelven a buscarte, la incertidumbre, la negrura? la amargura propia, y la de Lola, que revive junto a su recuerdo.
Pero afortunadamente tras la noche llega el alba y con ella todo vuelve al punto de partida, que es Cádiz esa mañana: la luz y la sal del mar, que todo lo cura.