JONATHAN NEALE
No es posible detener por completo el cambio climático. Pero sí lo es impedir una
catástrofe climática resultado de rápidos procesos de retroalimentación que conducen a un
"cambio climático abruptoö. Si no impedimos ese cambio abrupto, muchas especies se
extinguirán y cientos de millones de seres humanos morirán a causa de las sequías, el
hambre, la carencia de agua, las enfermedades, la represión y las guerras.
La cuestión es: ¿es posible hacerlo? ¿tenemos recursos para ello?
Sí podemos. El dinero no falta. El mundo invierte muchos miles de millones cada año en
armamentos y gastos militares, y el dinero no escasea para eso. Tampoco para ayudar a las
entidades financieras. Y luchar contra el calentamiento global generaría muchos empleos.
¿Por qué entonces no se abordan de una vez medidas eficaces para detener el peligroso
proceso al que estamos abocados?
La razón reside en el enorme poder que atesoran las corporaciones vinculadas de una u otra
forma a la industria del carbono. Ellas y los "mercadosö deciden el rumbo que han de tomar
las economías, imponen sus intereses, y la mayor parte de los políticos lo consienten. Éstos
toman medidas que nos conducen al desastre, escondidos tras palabras como
"globalizaciónö, "privatizaciónö, o "no hay alternativaö.
Pero, si no actuamos, el poder del mercado
y las corporaciones convertirá los desastres climáticos
en catástrofes humanas.
Contamos con la tecnología necesaria para resolver el problema, pero las corporaciones y los
poderosos no pueden o no quieren actuar. Ofrecen soluciones falsas (motor de hidrógeno,
biocombustibles, reforestación, etc.) para distraernos con ellas mientras continúan con sus
actividades. Por tanto, es necesario movilizar la única fuerza que puede enfrentárseles: la de
los seis mil millones de habitantes del planeta. Hasta el momento, los ambientalistas se han
dedicado fundamentalmente a tratar de influir en los gobiernos y a educar a la opinión
pública. Ahora necesitamos ya un movimiento de masas que obligue a los políticos a actuar,
o que los reemplace por otros que estén dispuestos a hacerlo. Ese movimiento ha
comenzado a organizarse. Aún es pequeño, pero está presente en todos los continentes y
crece rápidamente. Este libro forma parte de él.