PERRERA

Deudora de títulos recientes del que podríamos llamar subgénero ´suburbial´ del nuevo cine español -Barrio, Siete vírgenes o El bola- Perrera nos mete de lleno en la vida de un puñado de jóvenes de uno de tantos barrios olvidados cuyo futuro sin horizontes parece marcado por decreto y al que hacen frente esgrimiendo su única arma: la rabia, rabia contra todo aquel que se ponga por delante para destruir su pequeño, triste pero propio espacio vital. Aunque desde el principio de la novela ya se intuye un desenlace fatal (el propio narrador no lo oculta en en un tono que oscila entre lo despiadado y lo compasivo) no es éste lo que más importa, sino la forma de llegar a él, esa maestría para dibujar el entorno e introducirse en la cabeza de unos jóvenes que están más cerca de lo que pensamos, en el botellón de la plaza de al lado, en el instituo más cercano o quizá, sin saberlo, en nuestra propia casa


Perrera es la segunda novela de Daniel Ruiz García (Sevilla, 1976). Licenciado en Periodismo ha obtenido diversas distinciones y galardones por su dedicación a la literatura. De entre ellas, la más destacada es el Primer Premio del Certamen de Novela de la Universidad Politécnica de Madrid por la novela Chatarra, que posteriormente, también con guión del autor, sería transformada en un corto homónimo dirigido por Rodrigo Rodero y que fue preseleccionado para los Oscars de Hollywood en su edición de 2007.


Sinopsis de Perrera: El niño Chamaco carga en sus brazos el cadáver de Bruto, el perro que perteneció a su ya desaparecido hermano Marcelo. Tres pares de ojos contemplan la escena. Lucio, su primo, hace la solemne promesa de vengar la muerte salvaje que ha sufrido el animal del mismo modo que había prometido a Marcelo cuidar siempre de Chamaquito, sospechando que el dolor es inevitable cuando se vive un ambiente de marginalidad y cuando se es joven. Ninguna edad es buena para sufrir, pero la juventud es una edad de perros, donde nadie es dueño de su vida y la amistad, las calles del barrio, los problemas con los padres y el amor del instituto se convierten en la única historia posible

Deudora de títulos recientes del que podríamos llamar subgénero ´suburbial´ del nuevo cine español -Barrio, Siete vírgenes o El bola- Perrera nos mete de lleno en la vida de un puñado de jóvenes de uno de tantos barrios olvidados cuyo futuro sin horizonte