LUIS GARCIA MONTERO
Cinco años
después de Completamente viernes (Marginales 165), Luis García
Montero ofrece a los lectores su nuevo y esperado libro, un título que,
estamos convencidos, se convertirá en referencia obligada por la ambición y
alcance de sus poemas y por la exigente elaboración de su lenguaje poético.
á
Desde la
perspectiva que da la cuarentena -como sugiere el poema que abre el libro- y al
hilo de una introspección nada complaciente, La intimidad de la serpiente
se presenta como un repaso biográfico, moral y sentimental de un sujeto
poético en el que el lector no tarda en reconocerse. En ese examen de
conciencia brillan a veces con potente luz los destellos de la infancia o las
iluminaciones de los ideales juveniles, pero los poemas se centran en los
borrones y claudicaciones, íntimos y colectivos, que la Historia inmediata le
ha dejado en herencia. Son versos que nos hablan también del presente, del
desajuste y las contradicciones que siente el poeta ante los nuevos tiempos y
sus valores, y de la necesidad de conciliar convicciones y renuncias para
concebir «un destino soportable». La serpiente del árbol del bien y del mal se
siente abandonada entre gentes que no quieren morder la manzana de los sueños.
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Como
contrapunto a las composiciones de brillante reflexión civil, aparece otra
serie de poemas más breves en los que el lenguaje se convierte en argumento
primordial. Unos y otros demuestran, en cualquier caso, el arte de García
Montero para nombrar sentimientos complejos mediante objetos y escenas
familiares (ese «idioma dormido de las cosas») y su apuesta por adentrarse en
una expresión menos directa, donde la deslumbrante densidad de alusiones y
sentidos sirve como nunca para relatar y relatarnos nuestra historia privada y
colectiva.
Cinco años después de Completamente viernes (Marginales 165), Luis García Montero ofrece a los lectores su nuevo y esperado libro, un título que, estamos convencidos, se convertirá en referencia obligada por la ambición y alcance de sus poemas y por la exigente elaboración de su lenguaje poético. Desde la perspectiva que da la cuarentena como sugiere el poema que abre el libro y al hilo de una introspección nada complaciente, La intimidad de la serpiente se presenta como un repaso biográfico, moral y sentimental de un sujeto poético en el que el lector no tarda en reconocerse. En ese examen de conciencia brillan a veces con potente luz los destellos de la infancia o las iluminaciones de los ideales juveniles, pero los poemas se centran en los borrones y claudicaciones, íntimos y colectivos, que la Historia inmediata le ha dejado en herencia. Son versos que nos hablan también del presente, del desajuste y las contradicciones que siente el poeta ante los nuevos tiempos y sus valores, y de la necesidad de conciliar convicciones y renuncias para concebir «un destino soportable». La serpiente del árbol del bien y del mal se siente abandonada entre gentes que no quieren morder la manzana de los sueños. Como contrapunto a las composiciones de brillante reflexión civil, aparece otra serie de poemas más breves en los que el lenguaje se convierte en argumento primordial. Unos y otros demuestran, en cualquier caso, el arte de García Montero para nombrar sentimientos complejos mediante objetos y escenas familiares (ese «idioma dormido de las cosas») y su apuesta por adentrarse en una expresión menos directa, donde la deslumbrante densidad de alusiones y sentidos sirve como nunca para relatar y relatarnos nuestra historia privada y colectiva.