FERNANDEZ, FRUELA /
Los poemas de ´La familia socialista´ se escriben desde la conciencia no ya de que lo personal es político, sino de que lo político solo puede ser personal. En ellos la memoria -con las esperanzas que nos ha instalado como herencia- se enfrenta al presente, y a su precariedad, y a los barridos de los nuevos mecanismos de la economía, y nos muestra su doble forma: es orgullo y es carga, es continuidad y es opresión. Fruela Fernández aborda el final de un proyecto político que simboliza el final de un mundo -un mundo de posguerra, de supuesto «bienestar», de control, de culturas obreras y rurales- y la caducidad de una familia, que es feliz o infeliz o socialista como cualquier otra.