VIRGINIA REGUERA
Me llamo Microestesia y soy el libro que
tienes en las manos. Mi nombre es in
-
ventado, así que no encontrarás su
significado en ningún diccionario, ni
siquiera de uso médico. No te preocu
-
pes, yo mismo te lo aclaro: Micro, ya
sabes lo que quiere decir: pequeño,
muy pequeño y estesia indica sen
-
sación. Podrían haberme denominado
Sensación muy pequeña, pero debes
reconocer que Microestesia es mucho
más sugerente.
Seguro que conoces a algunas de mis
hermanas. La más famosa es Aneste
-
sia; no me llevo bien con ella, es muy
insensible. Mi favorita es Sinestesia,
imprevisible y amiga de los poetas.
En fin, una vez realizadas las oportu
-
nas presentaciones y desvelada esta
pequeña incógnita, puedes abrirme y
ojearme o, mucho mejor, zambúllete
entre mis páginas y explora su latido.
Virginia Reguera
nació en Jerez
de la Frontera a
las dos de la tarde
hace poco más de
sesenta años.
No paraba de es
-
calar árboles y
sofás, así es que
sus padres, quizá
temiendo por su
integridad física,
decidieron ponerle una profesora que
la mantuviese quieta una o dos horas
al día. Se llamaba Milagros y quizá por
eso consiguió que desde entonces
ande pegada a los libros.
Además de escribir microrrelatos
redacta informes médicos, porque
es alergóloga; el último año ha sido
también columnista de Andalucía
Información
.
Ha participado en varias publicaciones
colectivas: Menos es más (2016); Todos
cuentan (2018); Una flor todavía (2019);
Cuidando los finales. 100 microrrelatos
sobre Cuidados ParaVivos (2020) y
obtenido varios premios mínimos:
por parte de la Sociedad Española de
Alergología e Inmunología Clínica,
el Primer Premio de Relato 2016 y
2018 ( Certámenes I y III) y el Primer
Premio de Poesía 2019 (IV Certamen).
También, el Primer Premio en el V
Concurso de Relatos Hiperbreves ma
non tropo La Siguente la Pago Yo.