GOMEZ RUFO, ANTONIO
La vida de Fray
Domingo de Aranda, por aquel entonces novicio en la orden de los dominicos,
cambió repentinamente el día en que llegó al convento, en modo poco ortodoxo,
el barón Toribio de Hita, convertido en Hermano Toribio.
Y, con él,
traspasó las espesas murallas de la fortaleza de Dios el mismísimo Diablo,
arrastrando al oprobio de las incontables e irresistibles tentaciones de la
carne al inocente Fray Domingo.
Son, pues, las
aventuras inconfesables de esos goliardos tardíos, aún fieles en pleno siglo XV
a tan medieval tradición, las que Antonio
Gómez Rufo nos cuenta aquí con muy pícara gallardía.
El último goliardo
quedó finalista en la sexta convocatoria del Premio La sonrisa vertical.