SCHMEMANN, ALEXANDER
Cristo lloró ante la tumba de su amigo Lázaro. En aquellas lágrimas,la tradición cristiana intuye que se oculta la respuesta al enigma dela muerte cuando se conecta con la resurrección victoriosa del propioJesús. Y es que el cristianismo no aspira a hacer comprensible lamuerte para poder aceptarla, sino que lucha contra ella y susinsentido para vencerla por completo. Las lágrimas de Cristo por suamigo puedan ser para el creyente de hoy el icono donde contemplar ygustar las primicias de su triunfo definitivo sobre la muerte. También sobre la nuestra.