BORGES JORGE LUIS
Extraido de la obra. Del editor al lector:
<< Creo inexcusable contarle brevemente al lector como nació este libro, ya porque Borges con amabilidad quizá no carente de cierto toque irónico, como ´joven editor´, ya porque la obra ve la luz años después de la muerte de su autor.
Hace mucho tiempo, cuando todavía podía preciarme del efímero título de joven, disfruté en Buenos Aires de la calurosa amistad de Borges. fui acogido, no siendo sino un pequeño cultivador del arte de la tipografía, con afectuosa y divertida cordialidad; Borges se estusiasmó con los proyectos editoriales surgidos de nuestras conversaciones y con la invitación de volver a Europa, y quiso definirse, con su humor un tanto socarrón, como un MInotauro ciego al que yo, nuevo Teseo, había acudido a liberar de su laberinto austral.
Así, encuentro tras encuentro, fue tomando forma una colección dirigida por él, ´la Biblioteca de Babel´, y dos volúmenes de ´Los signos del hombre´ (El congreso del mundo y el Libro de las Visiones), junto con la idea de recoger en una antología las más hermosas catástrofes literarias. Era éste uno de los temas favoritos y todavía recuerdo cómo le gustaba relatar, enriqueciéndolos con infinitas referencias históricas y literarias, el terremoto de Lisboa o el fin del Coloso de Rodas. Ambos nos pusimos mano a la obra, él recopilando y comentando los textos, yo reuniendo la iconografía: los cuadros de Monsú Desiderio, firma misteriosa del siglo XVII napolitano que figura en toda una serie de lienzos en la que abundan derrumbes, desolaciones, ruinas, incendios y diluvios. Pero fue justo en ese punto, conforme iba indagando en las colecciones y en los depósitos de Nápoles y descubrió un acabose tras otro, cuando de varia procedencia, llegaron, como un susurro primero e implorantes después, unánimes advertencias de que no me ocupara de esepintur cuya reputación de mal agüero ha perdurado a través de los siglos.
Yo, que me considero un tardía y fruto del Siglo de las Luces, sonreía. Sin embargo... como si algún supremo protector del arte dela tipografía hubiese venido entonces a dar la razón a las voces de la pruedencia, los retrasos se sucedían, las demoras se convertían en aplazamientos, los titubeos en prevenciones. Y, como posído por una pertinaz voluntad de eclipsarse, todo el material reunido fue pasandode una habitación a otra, cada vez más lejos de los ojos y del corazón, hasta cabar en un sótano, y allí se quedó.
Pasaron los años, y ese mismo numen me sugirió la idea de reemplazar a Monsú Desiderio por John Martín, cuya vena catastrófica, acaso por inspirada entre las nieblas de Inglaterra, y no junto a las convulsiones del Vesubio, no parece tan temible.
Al parecer ahora, en el umbras de un nuevo MIlenio que vuelve a poner en boga esos temores y temblores a los que la irracionalidad humana adjutica ciclos fatídicos en la inocente aritmética de los calendarios, este libro aprece asumir una jubilosa función de conjuto. A Borges le hubiese divertido y lo habría aprovechado para extraer una enseñanza acerca de la fugacidad de los libros y del mundo>> Franco María Ricci.
Franco Maria Ricci Editore, Milan, Italy, 1997. Hardcover. Estado de conservación: VG. First. Text in Spanish; Borges´s ´Libro de las Ruinas´ accompanied by beautiful plates by English artist John Martin, who was also commissioned to do the engravings for John Milton´s Paradise Lost; Copy number in this edition Clamshell box covered in black cloth; Black illus. paper at front and back; Small paper title plate at spine; Black cloth over boards; Gilt titling at spine and front cover; Color plate affixed to front cover; Illustrated endpapers; 197 pp.; 39 color plates tipped in