PIEROLA, MABEL / ROS, ROSER
Una vez, en un lugar del mundo en donde todos cantaban, las canciones se callaron. Se quedaron sin fuerza: el frío, el viento y la helada las congelaron. Un silencio sospechoso se extendió por todas partes, y las canciones fueron cayendo a trozos liadas y mezcladas las unas con las otras por los lugares más insólitos. Gracias al portero de la casa donde sucedieron los hechos, que amaba la música, sesalvaron las canciones. Pero hubo algunas que no se dejaron desenredary los que las solían cantar tuvieron que compartirlas; así, la gente, que apenas se saludaba, empezó a relacionarse y a hacer amigod. ¡Y es que quien canta sus males espanta!