PÉREZ VALDERAS, ALBA
Para el yo lírico, sus luciérnagas interiores, símbolo de la luz que todos llevamos dentro, permanecen apagadas en lugar de encendidas; enlutadas debido a la soledad, la inanidad de su vida y la impotencia de no saber solucionarlas. Pero se esfuerza por iluminarlas y encontrar en ellas el faro que necesita.