JUAN VALERA, CLARÍN, PARDO BAZ
La experiencia de los españoles en el mundo de los viajes no es menos aguerrida y osada que la de los griegos, romanos, venecianos o turcos de la antigüedad. Nosotros, después de todo, con las manos de los más demenciales aventureros del viaje, levantamos, en dias muy remotos y a veces de infausto recuerdo, un imperio donde el sol no llegaba a ponerse. Aventureros enloquecidos en busca de ciudades perdidas en junglas para ellos tan delirantes y misteriosas como pueden ser para nosotros las de, digamos, Venus, recorrían un mundo entero, un continente sin caminos, para buscar, de un modo afanoso y posiblemente errado, la fuente de la eterna juventud o una ciudad donde los ladrillos eran de oro y los pavimentos de las calles de plata maciza. Casi como irse a veranear a Caladella