DUGGER,JIM
La comunicación es una calle de dos sentidos. Normalmente, cuando analizamos la comunicación estamos pensando únicamente en hablar.
Sin embargo, escuchar es tan o más importante. Es bastante simple, la comunicación fracasa si alguien no escucha. A pesar de su importancia, se le presta muy poca atención a aprender cómo escuchar eficazmente. Mientras los padres les dicen a sus hijos cómo deben escuchar, ellos mismos no proporcionan un buen ejemplo al respecto. Y en las escuelas no lo enseñan, en tanto se aprende a leer, escribir y a sumar. Así que, cuando se trata de cómo aprender a escuchar, la mayoría de personas aprenden por sí mismas.
Aunque es un proceso que lleva tiempo, paciencia y práctica, aprender a ser un buen oyente tiene sus recompensas en el trabajo y en la vida privada. Le permite comprender mejor lo que las personas de su alrededor están diciendo realmente, su jefe, sus compañeros, sus empleados, su pareja, sus padres, incluso sus hijos. También disminuye la posibilidad de un conflicto con los demás.